Con los años, nos encogemos y hasta debemos usar una talla menos de zapatos. ¿Y las orejas y la nariz? El tiempo pasa y mientras ciertas partes del cuerpo van reduciéndose, otras – no precisamente las que quisiéramos – crecen. Es el inevitable efecto del paso de los años. Pero más que preocuparnos por cómo nos veremos, debemos centrarnos en cómo nos sentiremos.
La doctora María Gabriela Altamirano, jefa del área de Geriatría del hospital Luis Vernaza, dice que lo importante es que el cuerpo y la mente envejezcan en un estado óptimo, para que la persona pueda realizar sus actividades de manera independiente. ¿Cómo? Tomando desde ya las medidas que marcarán su futuro:buena alimentación y ejercicios (de 30 a 45 minutos diarios de caminata a velocidad rápida o natación para fortalecer los huesos). “No espere a tener 60 años para recién comenzar a tomar una medida”, explica la profesional.
Rosa Azúa, trabajadora social y quien dirigió un centro gerontológico, coincide en que allí está la clave. “Hay que pensar en la vejez desde que se engendra al ser humano, porque a partir de allí los padres deberán tomar las precauciones en el vientre y, cuando nazca, tener las prevenciones en su salud, igual en la niñez, en la adolescencia y mucho más en la juventud”, dice. Y una clave importante: hágase chequeos de rutina. Si tiene una enfermedad, es mejor que sea diagnosticada cuanto antes para controlarla.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó un estudio sobre lo que se espera en la edad dorada. En dos años, el número de personas de 60 años o más será superior al de niños menores de cinco años. Además, entre 2018 y 2050, el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará y es un reto para los países prepararse para ese cambio demográfico. Es necesario también aceptar el paso de los años (ver el personaje) y conocer lo que vendrá. HomeCare le muestra cuáles son esos cambios que usted puede atenuar con una vida saludable y, si es de los suertudos, con la ayuda de los genes.
De 2,5 a 7,5 más pequeños
Después de los 40 años perdemos un centímetro por década y es algo que ocurre en todos los sexos. En promedio, nos hacemos de 2,5 a 7,5 centímetros más pequeños. ¿Se puede hacer algo para evitarlo? No, pero sí para minimizarlo. Hay que cuidar los huesos y mantenernos activos para no reducirnos tanto.
¿Nariz más grande?
A medida que nos hacemos mayores, la piel pierde elasticidad y se desprende del cartílago, lo que genera que ciertas partes, como las orejas y la nariz, se vean de mayor dimensión. Eso no significa que el olfato o la audición mejorarán. Los labios también se volverán más finos. Pero si mantiene el peso y la salud de su piel (hidratarse y evitar el sol y los agentes tóxicos), los cambios no serán tan drásticos.
Menos músculo
Claro, los genes incidirán en su futuro, pero también su estilo de vida. Si es de los que se ejercita, no tendrá tanto de qué preocuparse, pero si no lo hace, lo que ocurrirá es que perderá más músculo que los demás y, al contrario, ganará grasa. Se estima que los hombres de 70 años pierden 9 kilos de la masa muscular que tenían a los 40 y aumentan unos 3 kilos el tejido graso. En las mujeres es un poco más porque influyen las hormonas.
Ojo con los riñones
Dentro del proceso de envejecimiento, los riñones no se salvan. A partir de los 50 años se reduce la cantidad total de tejido renal, disminuye el número de nefronas que son las encargadas de filtrar la sangre y, además, se endurecen los vasos sanguíneos. Pero eso no significa que sus riñones dejarán de funcionar. Para cuidarlos, evite enfermedades como la diabetes y la hipertensión.
La parte reproductiva
Uno de los cambios más notorios tiene que ver con nuestros órganos reproductivos. En la mujer, con la llegada de la menopausia, el tamaño del útero disminuye y hay cambios en el aspecto de la vagina. Los pechos se vuelven más flácidos, aunque hay un 10 % a las que les crece. En el caso de los hombres, aumenta el tamaño de la próstata. En ambos, va desapareciendo la capacidad de reproducción.
El corazón se agranda
El corazón aumenta su tamaño y eso es normal por la edad, aclaran los cardiólogos. Además, las válvulas se endurecen. Eso sí, lo que hay que evitar es el exceso de grasa para que no se taponen las arterias. Dentro de los cambios, también el sistema inmune no responde igual, lo que se previene con una alimentación rica en vitamina C (perejil y frutas como el kiwi, la toronja, el limón y la naranja).