Dormir bien es clave para levantarnos con energía cada mañana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda descansar por lo menos seis horas seguidas por la noche. Este ritmo de sueño debe obedecer el mismo horario durante la semana. Pero ¿qué sucede en nuestro organismo si no cumplimos con este consejo?
Un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de España señala que dormir menos de seis horas eleva hasta en 27% la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. En especial se aumenta el riesgo de padecer aterosclerosis, que es la acumulación de placas en las arterias de todo el cuerpo.
El cardiólogo de la Clínica Internacional, José Manuel Sosa, señala a qué males estamos expuestos si dormimos menos tiempo del recomendado. “El paciente con dificultad para iniciar o mantense del sueño. O que tiene sensación de sueño no reparativo. Tienen un moderado incremento de infarto al miocardio”.
El cerebro también es afectado
No solo el corazón y las arterias son afectadas por no dormir bien. El cerebrotambién sufre las consecuencias. El neurólogo del Instituto Peruano de Neurociencias, David Lira, comenta qué cambios experimentamos en la actividad cerebral si no descansamos lo suficiente.
“El dormir mal afecta las actividades de la función cerebral. Disminuye la atención, la capacidad de almacenar nueva información. También produce cambios en el carácter (irritabilidad) y ocasiona que el rendimiento laboral y académico disminuya”, sostuvo el neurólogo.
Es necesario mantener una buena rutina de sueño, ya que la falta de este está relacionada con el incremento de glucosa, presión arterial, inflamación y obesidad. El médico internista Juan Carlos Benites brinda recomendaciones para poder conciliar el sueño antes de acostarse.
“La comida (cena nocturna) debe ser máximo a las ocho de la noche, no debe ser copiosa y debe tener como máximo un vaso de líquido. Establece una hora exacta para acostarse todas las noches y hacerlo con ropa cómoda y holgada. En promedio, se recomienda dormir entre seis a ocho horas.
No solo la mala alimentación está relacionada a las enfermedades del corazón y las arterias. Un sueño deficiente también nos puede producir un daño a futuro. La próxima vez que pensemos en madrugar o pasar la noche despiertos, recapacitemos, porque nuestra salud está en juego.