Se ha observado que las personas mayores con pérdida auditiva relacionada con la edad tienen más síntomas de depresión, además, cuanto mayor es la pérdida de audición, mayor es el riesgo de tener síntomas depresivos, según un estudio del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, Estado Unidos.
Los hallazgos, publicados en ‘JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery’, sugieren que el tratamiento de la pérdida de audición relacionada con la edad, que no se reconoce ni se trata adecuadamente en todos los ancianos, podría ser una forma de evitar la depresión tardía.
«La mayoría de las personas mayores de 70 años tienen al menos una pérdida auditiva leve, pero relativamente pocos son diagnosticados, y mucho menos tratados», explica el autor principal y profesor asistente de otorrinolaringología, cirugía de cabeza y cuello en Universidad de Columbia, Justin S. Golub. «La pérdida de audición es fácil de diagnosticar y tratar, y el tratamiento puede ser aún más importante si puede ayudar a aliviar o prevenir la depresión», clarifica.
UN ESTUDIO SOBRE HISPANOS
La pérdida de audición relacionada con la edad es la tercera condición crónica más común en los adultos mayores. La afección aumenta el riesgo de otros trastornos como el deterioro cognitivo y la demencia, pero hay pocos estudios que relacionen la pérdida de audición con la depresión en los ancianos, «especialmente en los hispanos, un grupo en el que la depresión puede estar infradiagnosticada debido a las barreras lingüísticas y culturales», puntualiza el experto.
Los investigadores analizaron los datos de salud de 5.239 individuos mayores de 50 años que estaban inscritos en el Estudio de la Salud de la Comunidad Hispana o Estudio de los Latinos. Cada participante se sometió a una prueba de audiometría audiométrica, una forma objetiva de evaluar la pérdida auditiva, y se realizó una prueba de detección de depresión.
Los especialistas observaron que los individuos con pérdida auditiva leve tenían casi el doble de probabilidades de tener síntomas clínicamente significativos de depresión que aquellos con audición normal. Las personas con pérdida auditiva severa tenían por encima de cuatro veces más probabilidades de tener síntomas depresivos.
Sin embargo, para probar que la pérdida de audición causa síntomas depresivos, se «tendría que demostrar en un ensayo prospectivo, aleatorizado», informa Golub. Gracias al estudio «se comprende cómo la pérdida auditiva puede contribuir a los síntomas depresivos». Las personas con pérdida auditiva «tienen problemas para comunicarse y tienden a aislarse socialmente, este aislamiento puede conducir a la depresión», recalca.
Aunque el estudio se centró en los hispanos, los resultados podrían aplicarse a cualquier persona con pérdida auditiva relacionada con la edad, según los investigadores. «En general, las personas mayores deben someterse a una prueba de audición y considerar el tratamiento, si está justificado», concluye el profesor.